24 dic 2024

ELECCIONES EN LA VIDA

 Hemos nacido con la capacidad de elegir. Con el correr de los tiempos vamos incorporando una diversidad de parámetros para que nuestras elecciones puedan ser lo más fieles a nuestra búsqueda y nuestra necesidad.

Hay elecciones simples, mientras que otras son complejas y dilemáticas.

Sabemos bien que, aunque deleguemos la elección, aún así estamos eligiendo.

Cuando la elección gira entorno a dos opciones válidas, el dilema se acrecienta, despertando un sinfín de pensamientos y emociones que podrían llegar a obnubilar la decisión correcta. Pero ¡un momento! ¿Correcta, para quién? ¿qué sería "lo correcto"? ¿acaso deberíamos anexar "éxito/fracaso"?

¿Y sí luego nos llegáramos a arrepentir de una elección? ¿Es modificable, o bien ya no tiene retorno?

Sabemos desde el conocimiento científico que, quien regula todo esto es el denominado lóbulo prefrontal del cerebro. El mismoo intenta insistentemente en frenar impulsos o decisiones apresuradas, o quizás hasta determinantes e inequívocas.

Entonces, ¿Cuáles son nuestras herramientas para sobreponernos al apresuramiento o al enceguecimiento pulsional?

La pausa es una de ellas. La pausa da el tiempo lógico para no actuar "sin pensar".

La exposición de alternativas posibles. El volcar en una hoja, por ejemplo, los pro y contras de una decisión insegura, facilitaría rever la panorámica de nuestro dilema a resolver.

El intercambio de ideas sin perder la propia autonomía, esto es, el poder conversarlo con algún cercano, pidiéndole especialmente que no emita opiniones apresuradas, ni adopte alguna actitud materno/paternalista, queriendo resolverlo y hacérnoslo más fácil.

Las elecciones en la vida conllevan un costo inevitable. Cuando algo se decide, algo queda a un lado.

El mayor peligro no es exactamente adoptar la elección equivocada, sino más bien el delegar o postergarla indeterminadamente...

Anímate a elegir y a disfrutar de esta maravillosa experiencia de la libre elección de vida...

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