Cuando
es oscuridad, cuando el tiempo se detiene, cuando el infinito se palpa entre
los dedos,
Ahí,
justo ahí, me encuentro conmigo mismo, con mi ser, con mi alma.
Cuando
el día es solo un ahora, cuando el silencio ensordece, cuando los pensamientos
danzan al son del espacio indefinido,
Allí,
justo allí, presiento la fragilidad y el sentido del ser.
¿Qué
podría anclar mi alma? ¿Quién podría oír mi vacío?
¿Cómo
lograr atravesar la oscuridad aun flotando en el infinito?
Tus
palabras se hacen eco dentro de mi ser,
Te
imagino susurrándome al oído,
Presiento
tus pensamientos bondadosos para conmigo,
Escucho
tu sabiduría en tu ausencia.
Diciéndome,
entonces:
¡Busca!
¡No te detengas! ¡Sigue respirando, aunque el aire sea frío!
Imagíname
susurrándote al oído,
Encuentra
mis palabras de aliento y esperanza aún en el oscuro camino
No
te dejes decaer ni te des por vencido.
Pues
mucho aún hay por hacer, aunque no haya luz en tu destino.
Entonces
escucharé tu susurro al oído, tu abrazo enérgico y sostenido,
Tu
corazón vibrará junto al mío,
y
hallaré luz en medio de la oscuridad,
y
nada temeré en mi andar por este sinuoso mundo adormecido...
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