25 nov 2010

LAS ELECCIONES AMOROSAS

“Las elecciones amorosas: Aciertos y desaciertos”

¿Por qué suelen producirse desajustes entre lo que busco, lo que deseo, lo que accedo y lo que finalmente ocurre?
¿Por qué será que siempre cometo los mismos errores?
¿Por qué muchas veces el amor cambia de colores en su recorrido?

El amor es aquella fuente única que nos caracteriza, nos hace dependientes, nos eleva y nos hunde.
La recibimos y la cultivamos desde nuestro nacimiento.

Hay una multiplicidad de factores que se ponen en juego en el momento de elegir, muchos de ellos desconocidos para uno mismo.

Con el correr del tiempo, vamos construyendo determinados modelos a alcanzar, determinados modos de acercarnos y amar.

La necesidad de amar así como de ser amado, es el hálito de vida de todo ser humano.
Más allá del tipo de elección amorosa que hagamos, necesitamos del otro, su presencia, su mirada, sus expresiones y cuidado.

En nuestra convivencia familiar vamos incorporando desde el nacimiento, estos particulares modelos que impulsarán, de alguna u otra manera, el tipo de elección amorosa que busquemos.

¿Por qué elegí alguien parecido a mi madre, o a mi padre? ¿Por qué habré preferido elegir aquella persona que nada tiene que ver conmigo, que me trae un sinfín de problemas, que no termino de disfrutar entregándome, o bien que hace a que yo me coloque en un lugar de menor valor?

Nosotros podríamos llegar a vislumbrar –quizás- la coincidencia con los modelos de pareja elegidos, pero, el por qué de dichas elecciones, eso será más complejo de dilucidar.

Comúnmente lo prohibido, lo oculto, lo transgresor, puede atraer más que aquello que brindaría una vida aquietada y relajada.

En los tipos de elección amorosa deberíamos incluir la diversidad de posibilidades existentes que hoy, sobre todo, se dan más a la luz que en tiempos de antaño.

Elegir un amor del mismo género (sexo), o bien una persona que posee cualidades femeninas y masculinas al mismo tiempo, así como el ideal fantaseado de salvar a la amada trabajadora sexual, son elecciones que abrirían interrogantes y reacciones del entorno, e incluso de uno mismo.

La respuesta habitual suele ser: “Es cierto. Pero no lo puedo evitar”

Las elecciones “no convencionales”, por así decirlo, conllevarían un plus que no se obtendría en la elección de una pareja “estándar”. Es así que podemos ver relaciones triangulares, donde la mujer “extra” quedaría ubicada en un lugar de “segunda”, las elecciones de pareja de diferente credo, de diferencia de edad, etc. se tornan en un particular desafío interno (en uno mismo) y externo (el qué dirán proveniente del entorno)

¿Por qué se producen las desilusiones, si uno estaría eligiendo legítimamente?
Algunas posibles respuestas se referirían a la distancia que habría entre lo que imagino, deseo, y lo que verdaderamente es, existe.

Si bien puedo tener alguna aproximación sobre lo que busco en un amor, no siempre lo tengo lo suficientemente claro. Muchas veces está entremezclado con ideales que no me pertenecen, presiones que termino aceptando y que provienen del entorno, o bien rasgos propios que no hago más que buscar un par ara identificarme.

Es que en realidad entre lo que yo busco y necesito, y lo que el otro busca y necesita, puede haber una distancia de centímetros o de millas.

La esencia sería, entonces, poder tener registro de lo que verdaderamente yo quiero para mí, lo que es legítimamente mío y no es de mis padres o de la comunidad y la sociedad.

No tener conciencia plena de mi búsqueda posibilitará que mis elecciones padezcan de determinados desajustes que conlleven desilusión y desesperanza.


"Hay milagros tan evidentes que rompen las leyes de la naturaleza como si éstas fuesen insignificantes, milagros que la mente más simple puede percibir.

Otros milagros necesitan cierta consideración para darse uno cuenta de que, en efecto, algo fuera de lo común ha sucedido.

Y hay milagros tan grandiosos, tan especiales, que nadie fuera de Ds tiene conciencia de ellos. Son los milagros que ocurren continuamente, a cada momento de nuestra vida”.