24 jul 2017

TU TIEMPO, MI TIEMPO

TU TIEMPO, MI TIEMPO
Tu tiempo no es mi tiempo, así como tampoco mi tiempo es tu tiempo
Contadas veces somos concientes de ello
Mayormente uno puede guiarse por sus sensaciones y percepciones, mas pocas veces pueden ellos coincidir con los del otro
Pensemos un ejemplo:
Una persona mayor, sola, sumada en años, donde su tiempo resulta eterno a pesar de transcurrir los días.
Otra persona, más activa, quizás menor que ella, donde cada minuto cuenta y nada debe desperdiciarse pues la agenda presiona de manera tenaz
Ambas se conocen y saben cada una de sí
Ambas están en el mismo calendario, el mismo día, la misma hora
Sin embargo, no están en un mismo tiempo
Veamos más exactamente hablando:
La persona joven puede decidir si interrumpir o no su alocado día e ir a visitarla. Verdaderamente nada, absolutamente nada cambiará sí fuera a visitarla hoy, mañana, la semana próxima, algún otro día. 
Sin embargo, en el reloj de esta persona mayor, no da de igual modo sí llegara a ser visitada en ese preciso momento, o mañana, o algún otro día
¿A qué se asemeja?
Si bien nuestra mente nos engaña permanentemente sintiendo un tiempo infinito, en nuestro interior sabemos bien que no será igual un minuto antes o un minuto después
Entonces, ¿Por qué pensar en que todos nosotros vivimos en un mismo tiempo?
Así como también, ¿Por qué postergar aquellos chispazos de vida trocándolos por monótonas rutinas las cuales sabemos bien que no necesariamente definirían un único destino?
El desafío de nuestro existir: Santificar nuestro tiempo y el tiempo de nuestros allegados. 

En definitiva, consagrar la vida...

POR LA NOCHE

Por la noche
Entregarse a las profundidades del dormir exige de nosotros una condición especial: perder todo tipo de control y criterio
Animarnos a reencontrarnos con la oscuridad del ser, podría despertar un sinfín de temores y misterios que a veces inhiben relajar el cuerpo
Sin embargo, extensos trabajos científicos realzan la fundamental importancia de poder conciliar el sueño, funcionando así una especie de formateo de nuestro cerebro
Cada uno de nosotros construyó un modo de entrega a ese mundo sorprenderte de los sueños.
No habría una única "receta" que promueva una solución eficaz y feliz

Cuanto más conciente seamos de nuestros pensamientos negativos que se intensifican en la llegada nocturna, cuanto mayor sea nuestra convicción de pensar que nada soluciona pasar mil veces una misma película con reprimendas sobre el pasado, cuanto más nos permitamos aflojarnos y dejar que nuestro cuerpo perciba la distensión de músculos y órganos de cada parte vital; así alcanzaremos a reencontrarnos con nuestra propia paz que conlleva el descanso y el refortalecimiento de nuestro ser...

CUANDO EL TIEMPO SE DETIENE

CUANDO EL TIEMPO SE DETIENE
De chicos, siempre deseábamos ser más grandes, de adultos, deseamos que el tiempo se detenga, de mayores, el tiempo es una reminiscencia del pasado.
A veces los días pasan "volando", mientras que otros tantos, el tiempo parece detenerse.
Hay escenas y recuerdos que los seguimos sintiendo como si estuviésemos en este mismo momento; más otros, en cambio, apenas tenemos filamentos insignificantes que ni aún con esfuerzo regresan a nuestra memoria.
¿Es el tiempo? ¿Es nuestra manera de pensar, sentir, desear, temer?
Vivimos diciendo que no tenemos tiempo para nada. Para algunos otros seguramente, las horas no pasan más: miran el reloj de día, de noche, y la aguja apenas se mueve.
Qué cosa tan curiosa es el tiempo, si inclusive puede llegar a brindarnos semejante abanico de percepciones.
Pero, saben, la pregunta última no es "qué es el tiempo", sino, como decía un gran maestro mío, "qué hacés con tu tiempo"!
El verdadero concepto no es cronológico, sino de contenido. No es cuantitativo, sino en su profundidad. El tiempo "no es tirano" sino que nosotros mismos así lo tornamos.
Te invito, querido lector, plantéate esta sencilla pregunta "¿Qué haces con tu tiempo? Con la esencia del tiempo, con lo que haces prevalecer, brillar, vibrar verdaderamente.
Es un ejercicio que debe practicarse cada día.


SOMOS DOS

Somos dos
"Somos dos en uno. Nos mantenemos en contacto de mil maneras. Presiento su presencia, intuyo su llamada, me desespera ante su paso, nada lo detiene, salvo cuando me asusto, corro a su encuentro y me entrego".
Son estas, algunas líneas de paradojas que vivimos a diario, convirtiéndonos en autómatas, esclavos virtuales que nos inhiben o postergan poder usar el verbo “disfrutar”. Me levanto, tengo sueño, me cuesta arrancar, me acosté tarde, me tengo que apurar, me esperan, los chicos, la casa, el trabajo, si andan los transportes adecuadamente, si no me están esperando con quejas, con apresuramientos, con reuniones. Y sigo, yendo de aquí para allá, respondiendo cuánta demanda se me cruce por mi camino, respondiendo mails, atendiendo gente, haciendo tareas aburridas, esperando que llegue la hora del almuerzo, para luego esperar el retorno a casa. Sigo corriendo, me faltan cosas por hacer, tiemblo pensando cómo lleguen los chicos a casa, mi marido, mi esposa, mis padres. Tengo tareas pendientes, la comida, los papeles, los pagos. Debo resolverlos pero mis ojos se cierran, mi cuerpo me clama por un ansiado freno. Por fin lo logro, me acuesto después de tan ansiado momento y mis ojos se desvelan, mis pensamientos emanan cual catarata de manantiales. Miro la hora, los minutos corren, no me comprenden, siguen su paso, erguidos, seguros, constantes. Y pasa el tiempo hasta que un nuevo día amanece, quizás similar, quizás diferente... ¿Qué más puedo decirte, querido lector, sino alarmarte, posibilitarte el reflejo de tu vida, mi vida, nuestra vida, pendientes de un reloj? Si puedo sugerirte: hay muchas maneras diferentes de hacer lo mismo, solo que con una postura más íntegra, más humana. Solo es cuestión de plantearlo como una interesante posibilidad...