la vida es así
-Pero como es?
-Es así!
-¿No hay otras formas?
-Por supuesto que sí, pero no se pueden llamar "vida".
-Pero ¿Por qué a veces tiene ese color oscuro?
-Para que puedas buscar y ver la claridad.
-¿Y el sabor amargo de las dificultades, de los fracasos?
-Para que puedas valorar los momentos donde hallás más plenitud!
-¿Siempre va a ser así?
-Por supuesto, sino, no sería "vida"...
El objetivo de este espacio es mantener un contacto fluido con quienes han seguido mi trayectoria profesional, y acercarles el material de reflexión e investigación que genero regularmente durante el ejercicio de mi actividad. Para quienes me conocen, encontraran el asesoramiento y la compañia de siempre... Y si aun no me conoces... este es un buen comienzo!!! WEBSITE: www.elevin.com.ar
20 sept 2008
19 sept 2008
CUANDO EL TIEMPO SE DETIENE
CUANDO EL TIEMPO SE DETIENE
De chicos, siempre deseábamos ser más grandes, de adultos, deseamos que el tiempo se detenga, de mayores, el tiempo es una reminiscencia del pasado.A veces los días pasan "volando", mientras que otros tantos, el tiempo parece detenerse.
Hay escenas y recuerdos que los seguimos sintiendo como si estuviésemos en este mismo momento; más otros, en cambio, apenas tenemos filamentos insignificantes que ni aún con esfuerzo regresan a nuestra memoria.¿Es el tiempo? ¿Es nuestra manera de pensar, sentir, desear, temer?
Vivimos diciendo que no tenemos tiempo para nada. Para algunos otros seguramente, las horas no pasan más: miran el reloj de día, de noche, y la aguja apenas se mueve.Qué cosa tan curiosa es el tiempo, si inclusive puede llegar a brindarnos semejante abanico de percepciones.Pero, saben, la pregunta última no es "qué es el tiempo", sino, como decía un gran maestro mío, "qué hacés con tu tiempo"!
El verdadero concepto no es cronológico, sino de contenido. No es cuantitativo, sino en su profundidad.
El tiempo "no es tirano" sino que nosotros mismos así lo tornamos.Te invito, querido lector, planteate esta sencilla pregunta "¿Qué hacés con tu tiempo? Con la esencia del tiempo, con lo que hacés prevalecer, brillar, vibrar verdaderamente.Es un ejercicio que debe practicarse cada día.
De chicos, siempre deseábamos ser más grandes, de adultos, deseamos que el tiempo se detenga, de mayores, el tiempo es una reminiscencia del pasado.A veces los días pasan "volando", mientras que otros tantos, el tiempo parece detenerse.
Hay escenas y recuerdos que los seguimos sintiendo como si estuviésemos en este mismo momento; más otros, en cambio, apenas tenemos filamentos insignificantes que ni aún con esfuerzo regresan a nuestra memoria.¿Es el tiempo? ¿Es nuestra manera de pensar, sentir, desear, temer?
Vivimos diciendo que no tenemos tiempo para nada. Para algunos otros seguramente, las horas no pasan más: miran el reloj de día, de noche, y la aguja apenas se mueve.Qué cosa tan curiosa es el tiempo, si inclusive puede llegar a brindarnos semejante abanico de percepciones.Pero, saben, la pregunta última no es "qué es el tiempo", sino, como decía un gran maestro mío, "qué hacés con tu tiempo"!
El verdadero concepto no es cronológico, sino de contenido. No es cuantitativo, sino en su profundidad.
El tiempo "no es tirano" sino que nosotros mismos así lo tornamos.Te invito, querido lector, planteate esta sencilla pregunta "¿Qué hacés con tu tiempo? Con la esencia del tiempo, con lo que hacés prevalecer, brillar, vibrar verdaderamente.Es un ejercicio que debe practicarse cada día.
APRENDER A ENOJARSE
Cuántas veces en las relaciones que mantenemos con otras personas, quisieramos saber encontrar el punto justo entre la tolerancia y los sanos límites que como personas, necesitamos establecer con los demás.
Ya sean con los afectos muy cercanos, con tus amistades, o aun en el ámbito laboral, desearíamos poder encontrar cada vez el equilibrio necesario para saber cuando y como reaccionar ante una situación de conflicto que, como seres humanos imperfectos que somos, es inevitable que alguna vez tengamos que enfrentar.
“Es que no me gusta enojarme”, diremos algunas veces.“Mirá… prefiero callarme, porque el dia que me enoje, no le hablo mas”.“Me tiene harto con ese carácter, todo el tiempo me esta gritando”“Porque me tratas asi???… me haces llorar”….“Y bueno… habrá tenido sus buenas razones para actuar asi”…
Que esconden estas frases? ¿Temor, inseguridades, sensación de impotencia, miedo a ser rechazados, a que nos quieran menos, a que no nos quieran mas? Tal vez.
Lo que resulta ser muy sano, tanto si te es difícil enfrentar o reclamarle a otros tus derechos, o por el contrario, que te señalen como alguien muy exigente o autoritario, es tener en cuenta que a veces los enojos nos ayudan no solo a descomprimir un estado de ánimo, por cierto molesto y nada saludable, sino también a mantener una agradable armonia y equilibrio con los demás.
Todos necesitamos limites. “Los límites definen a las personas” se dice por ahí… y si no pudiste encontrar a tiempo los tuyos, ya alguien en tu lugar se encargará de hacerlo, porque hacen a nuestra esencia humana, y son necesarios e inevitables en el diario convivir.
Yo puedo ser sumamente solidario y altruista, pero si por serlo me quedo vacío, o si no encuentro alguna forma de reciprocidad en lo que suelo dar, tarde o temprano alguna forma de enojo se hará presente, porque en esa relación no se estará respetando el principio de igualdad entre las personas. Saber enojarse a tiempo, saber discriminar entre lo tolerable y lo que puede exceder mis deseos y derechos, saber retirarse a tiempo de algo que pueda llegar a hacerme daño, requiere a veces de mucha convicción y fortaleza interior, pero puede ser muy necesario para evitar que en algún momento una sensación de angustia o tristeza aun mayor domine tus genuinos impulsos naturales, y no sean apreciados en todo su valor.
Se necesita mucha sabiduría interior y una gran dosis de buenas intenciones para evitar situaciones o discusiones que generalmente son desagradables… pero en función de un mayor bienestar en muchos aspectos de la vida, pueden ser una herramienta muy eficaz para sentirte más pleno, más digno, y poder decidir libremente a quien vale dedicar tus buenas intenciones más justamente. Es una cuestión de equilibrios, en la que seguramente todos saldremos ganando.
Te propongo que prestes más atención a las próximas veces en que notes que algo te afectó especialmente, y antes de que ese sentimiento se haga más grande y adopte alguna indeseable forma de agresión o dolor, lo dejes salir de la mejor forma que puedas… seguramente te llevarás más de una sorpresa. Es sólo cuestión de probar…
Ya sean con los afectos muy cercanos, con tus amistades, o aun en el ámbito laboral, desearíamos poder encontrar cada vez el equilibrio necesario para saber cuando y como reaccionar ante una situación de conflicto que, como seres humanos imperfectos que somos, es inevitable que alguna vez tengamos que enfrentar.
“Es que no me gusta enojarme”, diremos algunas veces.“Mirá… prefiero callarme, porque el dia que me enoje, no le hablo mas”.“Me tiene harto con ese carácter, todo el tiempo me esta gritando”“Porque me tratas asi???… me haces llorar”….“Y bueno… habrá tenido sus buenas razones para actuar asi”…
Que esconden estas frases? ¿Temor, inseguridades, sensación de impotencia, miedo a ser rechazados, a que nos quieran menos, a que no nos quieran mas? Tal vez.
Lo que resulta ser muy sano, tanto si te es difícil enfrentar o reclamarle a otros tus derechos, o por el contrario, que te señalen como alguien muy exigente o autoritario, es tener en cuenta que a veces los enojos nos ayudan no solo a descomprimir un estado de ánimo, por cierto molesto y nada saludable, sino también a mantener una agradable armonia y equilibrio con los demás.
Todos necesitamos limites. “Los límites definen a las personas” se dice por ahí… y si no pudiste encontrar a tiempo los tuyos, ya alguien en tu lugar se encargará de hacerlo, porque hacen a nuestra esencia humana, y son necesarios e inevitables en el diario convivir.
Yo puedo ser sumamente solidario y altruista, pero si por serlo me quedo vacío, o si no encuentro alguna forma de reciprocidad en lo que suelo dar, tarde o temprano alguna forma de enojo se hará presente, porque en esa relación no se estará respetando el principio de igualdad entre las personas. Saber enojarse a tiempo, saber discriminar entre lo tolerable y lo que puede exceder mis deseos y derechos, saber retirarse a tiempo de algo que pueda llegar a hacerme daño, requiere a veces de mucha convicción y fortaleza interior, pero puede ser muy necesario para evitar que en algún momento una sensación de angustia o tristeza aun mayor domine tus genuinos impulsos naturales, y no sean apreciados en todo su valor.
Se necesita mucha sabiduría interior y una gran dosis de buenas intenciones para evitar situaciones o discusiones que generalmente son desagradables… pero en función de un mayor bienestar en muchos aspectos de la vida, pueden ser una herramienta muy eficaz para sentirte más pleno, más digno, y poder decidir libremente a quien vale dedicar tus buenas intenciones más justamente. Es una cuestión de equilibrios, en la que seguramente todos saldremos ganando.
Te propongo que prestes más atención a las próximas veces en que notes que algo te afectó especialmente, y antes de que ese sentimiento se haga más grande y adopte alguna indeseable forma de agresión o dolor, lo dejes salir de la mejor forma que puedas… seguramente te llevarás más de una sorpresa. Es sólo cuestión de probar…
LECTURA PARA MOMENTOS DIFICILES
UNA LECTURA PARA LOS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES DE LA VIDA
Una voz se ha acallado, un corazón se ha detenido,Se ha ido la risa, la alegría ha escapado.El calor y la luz de la presencia del ser amado se han desvanecido,La cadena del amor ha perdido un eslabón vital.La muerte se ha levado un tesoro,Y ha traído dolor, soledad y pena.Y, sin embargo, hay tanto que la muerte no puede alcanzar,Tanto sobre lo que no tiene dominio...No nos puede quitar nuestro pasado,Los años, los sueños, las experiencias que compartimos.No nos puede quitar el amor que conocimos,Ya que está hilado al tapíz de nuestras vidas.Continuaremos apreciando las lecciones que aprendimos,Nos aferramos a la sabiduría que continúa viviendo.Siempre poseeremos lo que ya hemos tenido,Siempre amaremos lo que hemos conocido.La muerte no nos puede quitar nuestra confianzaEn que Dios nos dará fuerzas para soportar lo que debemos.No nos puede quitar el sostén a nuestra esperanzaQue la oscuridad será vencida por la luz, y las heridas sanarán.
Una voz se ha acallado, un corazón se ha detenido,Se ha ido la risa, la alegría ha escapado.El calor y la luz de la presencia del ser amado se han desvanecido,La cadena del amor ha perdido un eslabón vital.La muerte se ha levado un tesoro,Y ha traído dolor, soledad y pena.Y, sin embargo, hay tanto que la muerte no puede alcanzar,Tanto sobre lo que no tiene dominio...No nos puede quitar nuestro pasado,Los años, los sueños, las experiencias que compartimos.No nos puede quitar el amor que conocimos,Ya que está hilado al tapíz de nuestras vidas.Continuaremos apreciando las lecciones que aprendimos,Nos aferramos a la sabiduría que continúa viviendo.Siempre poseeremos lo que ya hemos tenido,Siempre amaremos lo que hemos conocido.La muerte no nos puede quitar nuestra confianzaEn que Dios nos dará fuerzas para soportar lo que debemos.No nos puede quitar el sostén a nuestra esperanzaQue la oscuridad será vencida por la luz, y las heridas sanarán.
CUANDO NO SOY TOMADO EN CUENTA
¿Por qué no me miran? ¿Por qué no soy elegido, elegida? ¿Y por qué ella sí y yo no?Por qué, por qué, siempre por qué... Es que necesitamos algo que nos lo justifique, que pueda decir: ah! es esto!¿Es acaso eso malo? No, por supuesto que no. Uno debe replantearse sus caminos, ya que en ellos puede encontrar una mirada diferente.Ahora bien, volviendo a la pregunta: ¿Por qué no me miran, no me eligen?Muchas personas jóvenes suelen decir: "alguien va a caer en algún momento", "cuando tiene que ser, tiene que ser" dirá otro. A menudo estamos "demasiado" pendientes de que el otro nos mire, se dé cuenta que algo necesitamos de él o de ella, se acerque primero, dé el primer paso.Claro, así la espera es sumamente dura y difícil. Quedarnos esperando una suerte de "milagro" nos pone en desventaja y nos crea un cúmulo de sensaciones mayormente displacenteras. La verdad es que no es quedándose esperando, ni es buscando desenfrenadamente al otro. No es el "hacerse la interesante" ni es tampoco estar llamándolo todo el tiempo, o preguntándole sí nos quieren, o creándole escenas de celos innecesarios.Es esa medida justa que debemos perseguir a cada instante, dándole la importancia que merece aunque evitando estar "colgados" ante esa situación.Una paciente joven decía: "No entiendo qué pasa con los hombres. Yo me vestí bien, trato de estar en los distintos subgrupos, pero no me miran; a lo sumo se sonríen ante un comentario banal que realicé en algún momento de la noche. Al pedirle un poco más detallada la escena, confesaba que ella estaba unos pocos minutos e inmediatamente cambiaba de grupo "para que no piensen mal".Mientras que otra chica comentaba otra escena diferente: "No me llama nunca. Siempre tengo que llamarlo yo misma y encima tengo que organizar qué vamos a hacer el fin de semana". Cuando se le preguntó qué pasaría si dejara de hacer lo que hace, respondió que le daría mucho miedo a que él no la llame más y que finalmente lo pierda.¿Cuál es el punto medio de estos sencillos relatos? Las dos tenían razón. Ninguna mintió al contarlo, solo que no pudo observar la situación con una mirada más amplia. Animarse a mirarse uno mismo, a replantear temores y ansiedades, a escucharse decir qué es lo que realmente se quiere lograr, son algunas de las claves que pueden esclarecer las escenas temidas.Algunas preguntas para tener a mano:¿Qué me produce la situación que estoy viviendo?¿Cuánto hay de mí en todo ello?¿Cuáles son mis temores y mis ansiedades que no logro visualizar?Además de lo que estoy decidiendo llevar a cabo ¿Existirá alguna otra manera de lograr el mismo objetivo?Es solo cuestión de comenzar... y caminar...
NO AGUANTO MÁS
"¡No aguanto más..!¡No me da lugar a nada!¡No veo el momento de irme! ¡Yo quiero otra cosa"...Estas frases cotidianas, universales -puesto que pueden ser oídas de múltiples sectores de la vida- declaran la existencia de un límite, un umbral, un cuestionamiento. Ahora bien. ¿queda solo en un mero enunciado o conlleva a una búsqueda de sentido y reubicación?Muchas veces decimos ¡Basta! Sin embargo, ¿Qué hacemos después de decirlo? ¿Qué opciones planteamos a posteriori?Estas frases seguramente las estarás ubicando dentro de tu propia realidad en la que te encuentras transitando, pues en muy diversas situaciones, muchos de nosotros, sentimos exactamente lo mismo.De acuerdo al contexto en donde estemos ubicando estas frases, será su destino y sus posibles alternativas.¿Será en el trabajo? El jefe, la jefa, tu compañera, tu equipo de trabajo, o quien fuere. Cada uno de ellos promueve un sinfín de sensaciones tanto placenteras como displacenteras. Por algo siempre solemos decir: "No sé por qué me pasa eso con esta tipa/tipa. ¡Me engancho en cada una..!". ¿Será en el amor? Con una madre que demanda constantemente, en el silencio que se presenta en tu pareja, los intentos fallidos de acercamiento a un hijo, la frustración ante la ausencia de una amiga, o quizás alguien a quien le hemos confiado nuestro ser y no fue correspondido como hubiésemos querido.¿Es que no nos entienden? ¿Están solamente mirando su propio mundo? Quizás sí o quizás les falte alguien (vos, yo) que proponga una mirada diferente, un acercamiento diferente, un desafío diferente.Siempre va a haber algo que nos moleste, que no esté bien a nuestros ojos, que nos "haga sombra". Siempre va a haber algo que no nos guste hacer, que nos irrite, e incluso que nos llegue a salir mal. Es natural que así ocurra, en cada aspecto de nuestra vida. Es parte de los múltiples colores de nuestro vivir cotidiano. Muchas veces podremos decir: Entonces, si es así, ¿para qué hacerse problema por ello? Mientras que otras tantas requerirán, en cambio, una energía particular que promueva un encuentro, una apertura, una inversión por parte nuestra, para hallar un camino más llano.En realidad, amigo lector, el sentimiento de haber pasado el umbral de nuestra tolerancia, no es malo. Así como la temperatura -llámese fiebre- es una modalidad defensiva del cuerpo, pasar nuestro umbral nos lleva a replanteos, reacomodaciones y búsquedas. La esencia será dónde pongo mi mirada, mi atención; dónde pongo mis esfuerzos, mi concentración, mi energía.¡No bajes los brazos! ¡Tampoco permanezcas en esa queja de haber llegado a tu propio límite! Ese límite debe promoverte una nueva búsqueda, un nuevo caudal de energía, para seguir embelleciendo tu vida, nuestra vida.
RELATO "LA CAJA"
LA CAJA LLENA DE BESOS
Hace ya un tiempo, un hombre castigo su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia, cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad. Sin embargo la niña le llevo el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo: "Esto es para ti, Papito". El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero éstevolvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo: "¿¿¿Qué es esto???"no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro???"
La pequeñita volteo hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo, " Oh, Papito,no está vacía, Yo soplé besos adentro de la caja,Todos para ti, Papi. "El Padre se sintió morir; Puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara. Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.
En una forma muy sensible, cada uno de nosotros humanos hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos familia o de Dios. Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que ésta.
Hace ya un tiempo, un hombre castigo su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia, cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad. Sin embargo la niña le llevo el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo: "Esto es para ti, Papito". El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero éstevolvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo: "¿¿¿Qué es esto???"no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro???"
La pequeñita volteo hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo, " Oh, Papito,no está vacía, Yo soplé besos adentro de la caja,Todos para ti, Papi. "El Padre se sintió morir; Puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara. Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.
En una forma muy sensible, cada uno de nosotros humanos hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos familia o de Dios. Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que ésta.
LAS PALABRAS DEL CUERPO
Cuántas veces nos preguntamos: ¿Por qué en el mejor momento, sufro? ¿Por qué me aparecen dolencias, síntomas que empañan el momento en el cual me encuentro transitando?Nuestro cuerpo entero es una maquinaria perfecta, asombrosa; solo que no siempre lo logramos interpretar. Los pequeños o grandes desajustes emocionales diarios se van acumulando y van quedando a pesar de que quizás en nuestra mente ya no estén con la misma intensidad.Somos muy hábiles para hacernos los distraídos, los fuertes, los que terminamos diciendo: -no es nada!Sin embargo, dentro nuestro, en nuestra mente, aquellos desencuentros, inhibiciones, frustraciones, permanecen aunque escondidos a nuestra conciencia."Cuando nuestra boca calla, habla el cuerpo". Esto significa que muchas veces nuestras palabras -las cuales quieren "denunciar" algo importante- quedan sin poder salir por diferentes motivos, y terminan instalándose en aquella parte del cuerpo más sensible, frágil, posible de convertirse en un síntoma molesto.¿Pero es que acaso lo hago a propósito? Si yo no quiero sufrir, ¿Por qué estoy sufriendo? En el mejor momento, me aparece un dolor agudo, me aumenta la alergia, me quedo impotente, me siento débil.En realidad nuestra mente es sumamente compleja y, por esas cosas ocultas a nuestra conciencia, de un momento sumamente ansiado y placentero, se torna inmediatamente displacentero y molesto.Es como si dijéramos: no puede irme todo bien, o sino, no puedo disfrutar plenamente de algo que quiero. Hay algo que no me lo permite y "me hace" padecer de un límite injusto al cual no puedo lograr hacerle frente y sobreponerme a ello.Las tensiones agudizan nuestra sensibilidad y nos pueden llegar a causar dolores indescriptibles.Una paciente estaba ansiosamente esperando el gran día de reencontrarse con su ex-pareja. Ambos habían combinado, luego de varios meses, reencontrarse para volver a hablar. Esta chica, un día antes, ya no podía probar bocado y su dolor estomacal era intenso. El día y la hora de la cita fue insostenible. Estuvo con temperatura y con dolores profundos, los cuales no le permitían tomar más que un té. Su reencuentro fue emocionante, sin embargo, su cuerpo no le permitió disfrutarlo y debió retirarse más rápidamente de lo planificado.Este es uno de los miles de ejemplos que podríamos citar, en el cual se vislumbra con claridad el dominio del cuerpo por sobre su voluntad, y el dominio del displacer por encima de aquello que tanto deseaba que era, en este caso, reencontrarse con su pareja.Podríamos buscar muchas justificaciones acerca del por qué de su padecimiento; sin embargo, solo ella podrá evaluar la magnitud del hecho y registrar con mayor claridad, los articulantes que se habían puesto en juego en dicha cita tan deseada.Cada uno de nosotros tiene su propia llave. Como solían decir los sabios: "Seguramente la llave que buscas se encontraría debajo de tu asiento. Levántate y búscala".
Tha Sages Said
The Sages said: “More than the rich man does to the poor one, by giving him alms, the poor one does to the rich man by giving him the opportunity to do a good deed”But, Who helps whom? They have allways tought us that the rich should give to the poor. So What do they mean?Human beings have many different qualites and these qualites are shaped by our own past and our forepather´s experiences and by many experiences that we reject everyday.When someone asks us for help, our reactions can be extremely varied and contradictory positions.If somebody aprouches us to ask for something, our head is lilled with hypotesis about how to react.When you travel by subway or by train, por example, you can see a lot of people comming with the same message: I require something for you!In our Country, they offer pens, needle and thread, agendas, stickers, CD racks, and perhaps some sing a song.There are of all the ages and stakes health. Some make us very angry, anothers inspire pity in us.What is the best thing to do? Should I help them or not? If I give him something, will be spendet on drink? Is it true or lie? And the child? Will the money go to the person who is exploiting him?Let us read it different: Let us follow the sentence of our Sages of the Talmud: It is our opportunity to do a good deed!It´s true! It is likely that this defenseless child is manipulate by unscrupulous adult. If I give him something, he will continue to beg, and if I don´t give him, will he stop?It doesn´t matter what we give them: a coint, a sweet, o whatever you can. The point is, I think, giving something, beyond wich you think or you can.The sentence of the Sages, helped me a great deal. I invite you to think about it again.
LOS SONIDOS DEL SILENCIO
Los sonidos del silencioA veces le temo, a veces me angustia, otras tantas me alivia, muchas otras lo deseo.El silencio es la contrapartida de nuestra particularidad como seres humanos bendecidos con el habla. En realidad es la otra cara de la palabra, o la palabra verdadera, la que demuestra nuestro ser o bien lo oculta.Es sumamente difícil y complejo de alcanzar a sostener. Es aquello que demuestra cuán audaces o cuánta fortaleza sostenemos para poder evadirnos de los vocablos simples que claman salir.El silencio tiene múltiples colores que varían de acuerdo al contexto, al momento en el cual nos hallemos, a nuestro particular estado anímico reinante.¿Es bueno o es malo permanecer en silencio? ¿Debo hablar o callar? ¿Necesito que me digan algo o prefiero que no me hablen más? ¿Le respondo lo que siento, lo que pienso, o mejor espero?“El silencio es salud” fue uno de las frases más divulgadas en diversos ámbitos sociales. Sin embargo podemos preguntarnos: ¿Es así? Y si fuese así, ¿Por qué enfermamos al dejar atorada una palabra dentro nuestro, o al haber sido atravesados por una frase punzante por parte del otro?No hay leyes fijas para ello. Tampoco tenemos una guía de cuándo debemos callar y cuándo hablar. Ni siquiera habría una justa medida de cuánto tiempo uno debería permanecer en silencio.Es el tiempo del alma, y es el criterio justo los que nos pueden llegar a guiar para obtener un adecuado equilibrio entre la palabra y el silencio, entre la oscuridad y la luz.El desafío es lograr mantener ese necesario equilibrio para disfrutar de la quietud y celebrar de los sonidos del alma.
LAS VACACIONES
Las vacaciones: ¡todo un tema! Cuando empieza a asomarse noviembre, muchos comienzan a fantasear posibles oportunidades y salidas, preparando sus mentes para tal digno y placentero momento.Claro está que hay algunos otros que no pueden llegar a este término, ya sea por claras dificultades económicas, por algún trance que se esté transcurriendo, por algún impedimento laboral.Más allá de eso, surgen luego algunas preguntas simples: ¿Adónde vamos? ¿Con quiénes vamos? ¿Cuánto tiempo vamos?Vamos con nuestros hijos pequeños, pero debemos ir donde hayan otros chicos amigos, de manera que las vacaciones "sean" vacaciones.Vamos a un lugar tranquilo, para poder descansar y reencontrarnos.Vamos a un lugar con onda, con espectáculos y atracciones, porque sino los chicos van a estar todo el día encima.Vamos con alguna pareja amiga, que tenga chicos de las mismas edades, o mejor que él o ella lleven un amiguito, para que no se aburran o consuman en demasía.Pero realmente ¿Qué queremos?Vacaciones... ¿Cómo te imaginas "de verdad" tus vacaciones?Estadísticamente hablando, numerosas parejas, ante el gran tiempo libre que se les presenta, no encuentran de qué hablar, o bien se transforma en un plato propicio para eternizar discusiones, puesto que en la "nada" reaparecen los "vicios" de cada uno.Hay gente que cuando está trabajando desea llegar a sus vacaciones, y que cuando se encuentra por fin de vacaciones, no ve el momento de retornar a su trabajo, pues allí "la pasaba mejor y más tranquilo".Nunca faltaron los bromistas, que con una mueca de seriedad expresaban: -Ah! vacaciones son cuando cada uno se va para otro lado!Vacaciones ¿Para qué? Estimado lector, deseo que no alcances a formularte esta pregunta, pues hay muchas alternativas antes de caer en ella. Claro: gastos desmedidos, pedidos inusuales, colas para comer, los chicos que se "suben" encima, la mujer que compra o bien que prefiere estar 10 hs. bajo el sol, el hombre que se queda durmiendo la siesta o bien se queda sentado durmiendo, discusiones banales.Seguro que sí sólo verás estos ítems, tomarás la decisión de volver a tu trabajo. La cuestión es ver cómo manejar los tiempos. Sí, los tiempos para cada cosa, de manera que haya un tiempo para estar todos juntos, un tiempo con tu pareja, un tiempo con vos mismo.El camino es recrear ideas, aprovechar la distensión para comentar uno al otro cosas importantes o quizás tonterías, buscar juntos cómo no ser invadidos por los hijos y por aquello que se torna rutinario.La reaparición de los defectos de cada uno ya son conocidos, nada se redescubre allí. Entonces, no los mires, corre la mirada y distiéndete, busca tu propio espacio, tu propio tiempo.Todo ello, seguramente, favorecerá que puedas afirmar: ¡qué suerte que tengo vacaciones!
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