CUANDO EL TIEMPO SE DETIENE
De chicos, siempre deseábamos ser más grandes, de adultos, deseamos que el tiempo se detenga, de mayores, el tiempo es una reminiscencia del pasado.A veces los días pasan "volando", mientras que otros tantos, el tiempo parece detenerse.
Hay escenas y recuerdos que los seguimos sintiendo como si estuviésemos en este mismo momento; más otros, en cambio, apenas tenemos filamentos insignificantes que ni aún con esfuerzo regresan a nuestra memoria.¿Es el tiempo? ¿Es nuestra manera de pensar, sentir, desear, temer?
Vivimos diciendo que no tenemos tiempo para nada. Para algunos otros seguramente, las horas no pasan más: miran el reloj de día, de noche, y la aguja apenas se mueve.Qué cosa tan curiosa es el tiempo, si inclusive puede llegar a brindarnos semejante abanico de percepciones.Pero, saben, la pregunta última no es "qué es el tiempo", sino, como decía un gran maestro mío, "qué hacés con tu tiempo"!
El verdadero concepto no es cronológico, sino de contenido. No es cuantitativo, sino en su profundidad.
El tiempo "no es tirano" sino que nosotros mismos así lo tornamos.Te invito, querido lector, planteate esta sencilla pregunta "¿Qué hacés con tu tiempo? Con la esencia del tiempo, con lo que hacés prevalecer, brillar, vibrar verdaderamente.Es un ejercicio que debe practicarse cada día.
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