19 nov 2012

Sensaciones de enojo y hartazgo

Hace varios días que mi vista se nubla. El enojo resurge como un profundo grito de silencio.
Nuevamente dos pueblos deben enfrentar la incoherencia, la violencia y el absurdo.
Un grupo fundamentalista incita destrucción y desesperanza. Enciende fuegos de odio infinitos sin importarle vida humana alguna.
Dos pueblos no pueden terminar de convivir en paz pues, más allá de dilemas históricos, el monstruo del terrorismo se apodera de sus cabezas, su tierra, sus vidas.
¿Hasta cuándo? ¿Para qué?
Pero hay algo más: El silencio sepulcral de las naciones y la guerra mediática que busca su propio porvenir
¿Es que el hombre jamás terminará de aprehender la esencia humana y el derecho a ser diferentes?
¿Acaso mirar al costado garantizará quedar excento del conflicto; conflicto que se suma a otros muchos que en diferentes partes de este planeta, continuan latiendo con un silencio ensordecedor
¿Hasta cuándo? ¿Para qué?
Solo resta transmitir, despertar a aquellos sumidos en un sueño enceguecido, aunarnos en plegarias que se troquen en acciones, promover la toma de conciencia de que no puede existir más, apatías destructivas en nuestra Humanidad...
Que pronto lleguen las palabras de alivio, de intento de tratados de paz...

18 nov 2012

Cuando nada me basta

Dice H.Kushner: "¿Por qué todo ha de ocurrir por una razón específica?". "Las leyes de la naturaleza nos tratan a todos por igual".

Constantemente hay situaciones adversas que debemos enfrentar o resolver

La pregunta más frecuente es: ¿Por qué a mí? ¿Por qué me pasó esto, me pasa esto?

¿Es una maldición o mal de ojo que alguién echó en mí? ¿Es el destino? ¿Es Dios? ¿Es el azar?

Deberíamos diferenciar situaciones adversas, entre las cuales podrían llegar a ser:
a. Una enfermedad
b. Desilusiones amorosas constantes
c. Falta de éxito en los proyectos o en las transacciones comerciales
d. Pérdida afectiva de un ser querido
e. Imprevista muerte que resulta incomprensiva desde la razón

¿Las respuestas? Quien puede saberlas...

Entonces, ¿qué se hace con todo ello?

Pues transitarlas, atravesarlas, seguir adelante a pesar de lo doloroso o complejo del camino a seguir

¿Cómo?
Utilizandop claridad de pensamiento, dominio de mis emociones negativas, fortaleciendo mi capacidad de afrontamiento, utilizando el criterio

Como decía un maestro: "Gran parte de la depresión proviene de la arrogancia. Si te dieras cuenta de quién eres verdaderamente, no te sentirías tan decepcionado contigo"

Como somos nosotros mismos quienes generamos castigos en nuestra vida

Desde el Diccionario de la Real Academia Española, el castigo es entendido como una pena impuesta por un delito. Una reprensión, aviso, consejo, amonestación, corrección, advertencia y enseñanza

Son muchas palabras disímiles, pues tienden a resultados diferentes.

Ahora bien. Deberíamos diferenciar entre aquel castigo que proviene de afuera, del medio que nos rodea (cultural, social, familiar, etc.), de aquel otro que proviene desde nuestras neuronas (autoreproche, remarcación del error, censuras, etc.)

En verdad, el castigo más complejo para desanudar, evidentemente, es el que proviene de aquella instancia que llamamos "conciencia moral". Dicha instancia, compuesta de normativas culturales y familiares, señalan constantemente lo que está bien y lo que está mal, lo que debería hacer y lo que no debería hacer, etc.
Desde una lectura superficial, dicha instancia parecería ser beneficiosa para uno. Sin embargo, lejos de ello, muchas son las veces que rumean en nuestra cabeza, reproduciendo cientos de veces, escenas vividas con dudas o con desenlaces no esperados. Es más. más de una vez nos suele quitar la tranquilidad del sueño.

Las censuras que muchas veces nos imponemos casi sin pensarlas, son producto de dicho proceso mental. Se sumergen en culpa y arrepentimientos en los cuales suelen ser callejones sin salida.

La razón -ubicada en el lóbulo prefrontal- poco puede hacer ante semejante tempestad interna. Los innumerables intentos de poner la mente en blanco se ven obstaculizados por un encadenamiento de pensamientos e imágenes que no hacen más que realimentar dicho estado de malestar.

¿Qué hacer?

Si bien no hay receta exclusiva, sí puede intentarse por caminos alternativos.

1. Ponerlo en una hoja. Escribir todo, exactamente todo lo que va aconteciendo y rodeando aquel pensamiento negativo

2. Buscar un estímulo que me permita correr la mirada, la atención, y que ese estímulo promueva sacarme del estado de letargia y negativismo

3. Compartirlo. Nosotros somos seres sociales desde su esencia. Encontrar un interlocutor válido, adecuado a "nuestro propio estilo", no cualquier persona, en la que pueda exponer mis contradicciones, sentirme escuchado y acompañado, y favorezca la confianza en mí mismo

Cabe recordar una de las frases que suelo utilizar:

"Recuerda que no hay obstáculo que el ser humano no esté preparado para poder sortear" (Shneerson)




Quién es sabio

Dice Maimónides en el libro "Mishné Torá": Un hombre sabio no debe gritar ni bramar cuando habla, a la manera de las bestias y las fieras, sino que ha de conversar apaciblemente con todo el mundo.... Si ve que sus palabras resultan provechosas y son atendidas, las dirá; en caso contrario, callará. No alterará palabras de otros, ni les añadirá ni les restará nada, salvo cuando se trate de asegurar la paz".
Los seguidores de la Kabalá transmitían la siguiente enseñanza: "Si mi vela está encendida y la del otro no, es un gran acto de bondad usar mi vela para encender la del otro. Pero cuando la segunda vela ya está encendida, la verdadera bondad es retirarse, sacar mi vela y dejar que la otra brille sola"