Entre Padres e Hijos - Encuentros y desencuentrosUno de los ítems que más se pone en juego en los vínculos es el referido al campo imaginario.
¿Qué significa esto? que uno va "fabricando", por decirlo de algna manera, posibles situaciones que desearía llegar a ver, vivir.
Sin embargo, no suele ser frecuente el poder coincidir entre lo que uno esperaba, anhelaba, deseaba que ocurra, con lo que finalmente acontece.
¿Qué consecuencias acarrea? simplemente el "desencuentro" y sus vicisitudes: Desiluciones, enojos, impotencia, frustración, desesperanza.
Como muchas veces hemos mencionado en otras oportunidades, uno trae consigo, modelos ideales de personas, de forma de ser, actuar, sentir.
Esos modelos han sido construidos en base a experiencias pasadas y, por sobre todo, por lo vivido en nuestro marco parental.
Así como hemos visto y oido a nuestros padres y abuelos, así será inicialmente el modelo creíble a visualizar. Es con el correr de los años que uno va descubriendo nuevos enfoques, diferentes acciones y reacciones de otros, descubriendo que por fuera de mi familia exiten otras "formas de vivir la vida".
A solo modo de ejemplica estos conceptos, pensemos sobre el modelo de padres que podemos llegar a heredar -sin darnos cuenta- a través de sus reacciones.
El mero acto de ver cómo se posicionaron ante la resolución de un problema, ante el concepto de disfrutar o no sobre lo que se tiene, la forma en que se comunicaban decisiones y determinaciones, el manejo del dinero en la casa, la visita y las posturas ante sus propios padres, el lugar del "sacrificio" por el bien de la familia, etc.etc.
Querramos o no, nosotros tenemos internalizado un modelo ideal de esposo o esposa, de hijos, de nietos. Resulta inevitable pensar -aún en silencio- cómo me gustaría que sean o que hubiesen sido mis padres, mis hijos, mis abuelos.
¿Por qué? Pues porque son producto de síntesis de modelos y necesidades que cualquiera de nosotros podría sentir y desear.
Recordarán cuando más de una vez decíamos que uno al nacer recibe una especie de mochila en las espaldas, en la cual hay dentro un números de elementos referidos a deseos, frustraciones, modelos, que nuestros padres han llegado a guardar diariamente.
Mochila que en realidad la vamos descubriendo, justamente ante los desencuentros vinculares con ellos. "Vos ya no sos el de antes", "Yo te di todo para que te formes como una persona de bien", "Esperaba que estudies una carera universitaria y seas alguien con futuro", etc.etc.
Los desencuentros producen rajaduras, es decir, van promoviendo pequeñas qrietas que, al irse sumando, nos van alejando de esa persona.
Algunas de las preguntas que debería realizarme es: ¿Qué es lo que esperaba? ¿Qué es lo que no logro obtener de...?
La diferenciación entre el ideal y la realidad será una de las claves para poder acceder a un cambio de posición.
cuanto más pueda yo distinguir entre lo que yo deseo y la ealidad, es decir, lo que el otro verdaderamente puede llegar a dar, más posibilidades habrá de lograr un encuentro.