19 sept 2008

CUANDO NO SOY TOMADO EN CUENTA

¿Por qué no me miran? ¿Por qué no soy elegido, elegida? ¿Y por qué ella sí y yo no?Por qué, por qué, siempre por qué... Es que necesitamos algo que nos lo justifique, que pueda decir: ah! es esto!¿Es acaso eso malo? No, por supuesto que no. Uno debe replantearse sus caminos, ya que en ellos puede encontrar una mirada diferente.Ahora bien, volviendo a la pregunta: ¿Por qué no me miran, no me eligen?Muchas personas jóvenes suelen decir: "alguien va a caer en algún momento", "cuando tiene que ser, tiene que ser" dirá otro. A menudo estamos "demasiado" pendientes de que el otro nos mire, se dé cuenta que algo necesitamos de él o de ella, se acerque primero, dé el primer paso.Claro, así la espera es sumamente dura y difícil. Quedarnos esperando una suerte de "milagro" nos pone en desventaja y nos crea un cúmulo de sensaciones mayormente displacenteras. La verdad es que no es quedándose esperando, ni es buscando desenfrenadamente al otro. No es el "hacerse la interesante" ni es tampoco estar llamándolo todo el tiempo, o preguntándole sí nos quieren, o creándole escenas de celos innecesarios.Es esa medida justa que debemos perseguir a cada instante, dándole la importancia que merece aunque evitando estar "colgados" ante esa situación.Una paciente joven decía: "No entiendo qué pasa con los hombres. Yo me vestí bien, trato de estar en los distintos subgrupos, pero no me miran; a lo sumo se sonríen ante un comentario banal que realicé en algún momento de la noche. Al pedirle un poco más detallada la escena, confesaba que ella estaba unos pocos minutos e inmediatamente cambiaba de grupo "para que no piensen mal".Mientras que otra chica comentaba otra escena diferente: "No me llama nunca. Siempre tengo que llamarlo yo misma y encima tengo que organizar qué vamos a hacer el fin de semana". Cuando se le preguntó qué pasaría si dejara de hacer lo que hace, respondió que le daría mucho miedo a que él no la llame más y que finalmente lo pierda.¿Cuál es el punto medio de estos sencillos relatos? Las dos tenían razón. Ninguna mintió al contarlo, solo que no pudo observar la situación con una mirada más amplia. Animarse a mirarse uno mismo, a replantear temores y ansiedades, a escucharse decir qué es lo que realmente se quiere lograr, son algunas de las claves que pueden esclarecer las escenas temidas.Algunas preguntas para tener a mano:¿Qué me produce la situación que estoy viviendo?¿Cuánto hay de mí en todo ello?¿Cuáles son mis temores y mis ansiedades que no logro visualizar?Además de lo que estoy decidiendo llevar a cabo ¿Existirá alguna otra manera de lograr el mismo objetivo?Es solo cuestión de comenzar... y caminar...

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