A veces se teme llegar a
sentir que la llama va disminuyendo
Que la intensidad de la
luz se va opacando,
Desgastada por los
torrentes de aguas tempestuosas
Azotada por
vientos huracanados,
Y así, la
luminaria tiende a disminuirse en secreto
A veces se teme
reencontrarse en los silencios
En el propio
cuerpo, con el propia alma
En sombrías
sensaciones de escaso aliento
En tensiones que
promueven un sincero agotamiento
A veces se teme
por el transcurso de los tiempos
por su paso
acelerado o bien por lo lento
Es la realidad
quien intercede
En un frío rocío
de una noche de invierno
A veces se teme
por las palabras que emergen sin tamizarse
Que pueden
promover un camino sin regreso
Que empañan y se
confunden en el firmamento
Que gritan ya
sin sonidos y sin gestos
A veces se
tiembla desde muy adentro
cuando las
lágrimas pujan para expresarse libremente
y pueden ser
aplacadas por los vientos
A veces se teme
que un día llegue
en el cual la
noche repentinamente sorprenda
donde ya no
nazcan más palabras
sino sólo
silencios..
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