Hay palabras que golpean cual viento que azota en una noche sin luna,
y hay palabras que acarician como rocío.
Hay palabras que llegan a ser dichas muy a la ligera,
y hay palabras que, al ser concientizadas, pueden construir belleza.
Hay palabras que reflejan silencios de enojos contenidos,
y hay palabras que abren ventanas al brillo del sol.
Cuida tus palabras y tus silencios, pues bien puede suceder que una tempestad arrace el amanecer...
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