21 oct 2008

El deseo de superación


El deseo de superación
"¡Quiero superarme!"¡Qué buena frase! Pero ¿Qué tipo de superación buscamos?"Quiero crecer", dice el joven que intenta llevarse “el mundo por delante”"Quiero crecer", dice el adulto joven que busca fortalecer sus ingresos económicos y disfrutar de un buen confort.
"Quiero crecer en sabiduría", dice aquel que siente “asignaturas pendientes” de su vida recorrida."Quiero ser más", dice aquel otro que se siente disminuido en su mundo de relación."Quiero que me reconozcan", será la frase de aquel que siente una falta de valoración por parte de su medio.
"Quiero que se disculpen conmigo de una buena vez", expresará aquel que con rencor vive sus penosos días oscuros."Quiero más afecto", dirá aquel que se siente vacío y abandonado.

Ahora bien. ¿Dónde está verdaderamente uno? ¿Está en base a los otros? ¿A un objeto? ¿A un acontecer ajeno a sí mismo? O bien ¿estaría entregado a la suerte, el destino, la magia, la superstición?

No, amigo lector. En ninguno de estos espacios imaginarios lo podrás encontrar. NO está fuera de vos, está dentro tuyo, únicamente dentro tuyo.¿Quiero superarme? ¿Quiero crecer, fortalecerme? Pues entonces deberás tomar otro camino.

Existen al menos dos mundos: el mundo que conocemos a diario, y el mundo de la elevación. El mundo conocido es aquel que probablemente pueda albergar las preguntas formuladas anteriormente. El mundo más elevado es el que tienes dentro, el que se opaca con preguntas banales, engañosas, simples, dependientes.

La proximidad de los Iamim Noraim, los Días Solemnes de Rosh Hashaná (Año nuevo) y del Iom Kipur (Día del Arrepentimiento verdadero), nos ofrecen momentos, espacios, tiempos para poder vernos reflejados a nosotros mismos, con ese Yo elevado, único, legítimo, que es el que refleja nuestro alma. ¡Aprovecha para buscarlo!
No pierdas la oportunidad. Pero búscalo sinceramente. Hallarlo podrá abrirte nuevos interrogantes mucho más profundos: ¿Qué he estado haciendo en cada hora de mi vida?¿Cuánto me falta aún por hacer?¿Cuánto tiempo desperdiciado por banalidades que bien pueden esperar?¿Qué es lo que verdaderamente será eterno y quedará guardado en lo profundo de mi ser y luego en el de mis hijos?
Así, seguramente, alcanzarás la primera frase esencial: ¡Quiero superarme, para ser Bendición y agradecimiento a cada hálito de mi vida y la de los míos! Confía en tu Creador, y llegarás a ver esa luz refugiada dentro de tu preciado ser…

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