LA CARA OCULTA DEL PROFESIONAL DE SALUD
Mucho se ha ido escribiendo acerca del padecimiento y del enorme desafío a los cuales todo paciente debe sobreponerse diariamente.
Mucho se ha hablado sobre las emociones encontradas, enojos, temores, decepción y desesperanza que todo doliente debe atravesar cuando atraviesa el sinuoso camino en busca de alivio y mejoría. ¡Cuánto daríamos por escuchar de sus bocas: "Estoy mejor"!
Sin embargo, nosotros, profesionales de la salud, dedicamos poco tiempo para concientizarnos cuánto nos afecta emocionalmente todo el acontecer de ellos. Sus reclamos, sus llantos y gemidos no nos son gratuitos.
Cada ser humano al que le dedicamos un tiempo de escucha y atención, incide en nuestras mentes y en nuestra alma, nos conmueve o nos aleja, nos cuestiona nuestra práctica, nos plantea el dilema de la vida. Todo ello genera un sinfín de sensaciones que nos interroga tanto como profesionales como por sobre todo, como ser humano comprometido para con la vida.
Probablemente deberíamos saber reconocer nuestra debilidad humana así como por sobre todo nuestra propia sensibilidad. Ello seguramente nos acercará a uno de los valores máximos del existir: la humildad ...
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